lunes, 15 de febrero de 2010

Victoria de Samotracia

Poco a poco voy aprendiendo cosas sobre esta enfermedad y la semana pasada aprendí en propias carnes lo que es sufrir un brote. Fue una semana muy difícil, muy dura. Sufrí dolores y náuseas, agotamiento extremo, tristeza, abatimiento, ganas de llorar hasta secarme, apatía, inapetencia, ganas de tomarme alguna pastillita mágica que me condujera al sueño ininterrumpido durante una semana...

Pero todo en la vida pasa y hoy comienza una nueva semana. Y aunque en el cielo no luce el sol y la lluvia amenaza traer más dolores y entumecimiento, sé que por encima de las nubes él está alli dispuesto a enviarme un poquito de calor con sus débiles rayos.


Hoy soy como la Victoria de Samotracia: estoy dura, rígida, me duelen las articulaciones y por eso apenas las puedo mover y la fibroniebla oculta mi cabeza.

Pero me levanto victoriosa de una semana horrible dispuesta a comenzar un nuevo día.

2 comentarios:

Poly Vidal dijo...

Esa es sin duda una buena actitud, después del dolor todo es mejor, más sabores, más colores, alegria...aunque en mi hemisferio el clima va bien, tuve un fin de semana parecido al tuyo y aunque esta semana a sido levemente mejor, apuesto a que la próxima el dolor será cosa del pasado.

Un beso

Yo, la de siempre pero mejor

Eli dijo...

Seguro que si, Poly. Ya sabes que no hay mal que dure cien años...

Un abrazo grande!

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